“La injusticia es mucha y uno no puede quedarse callado”, dice desde el hospital Alberto Patishtán
Posted By jaime On octubre 7, 2012 @ 12:59 In Geografía,México,Reportajes,Reportajes México | No Comments
México, DF. Alberto Patishtán, uno de los más emblemáticos presos políticos en México, concede una entrevista a Desinformémonos en
el cuarto del hospital de la Ciudad de México en el que se encuentra a
la espera de una cirugía con la que le removerán un tumor que le ha
quitado la vista poco a poco, después de años de mal diagnóstico y de
tratamientos equivocados en las cárceles mexicanas, a las que llegó
mediante procesos legales plagados de irregularidades comprobables.
Patishtán sigue evidentemente preso,
aunque su hija pueda estar con él. Un policía estatal de Chiapas
permanece todo el tiempo al lado de El Profe y se niega a que
dé la entrevista. “Está prohibido”, alega, a pesar de que en la misma
semana sí se le permitió sostener sendas conversaciones con Joaquín
López Dóriga, periodista estelar de Televisa, y con Carmen Aristegui, de MVS Noticias.
A pesar de todo, la plática se desarrolla mientras sostiene el algodón
que le detiene un ligero sangrado en el brazo. El policía no permite
grabadoras ni libretas, solamente una plática breve. Y luego de la
entrevista, Patishtán será mantenido esposado a la cama del hospital, a
un día de que se la practique la delicada cirugía que removerá el tumor.
Con una sonrisa, El Profe ofrece un sillón al lado suyo. El policía mira atentamente la escena, pide datos y apunta. El Profe asegura que se siente bien y sigue sonriendo. Muchas veces ríe abiertamente y sus ojos buscan a quien le habla.
El repentino traslado de El Profe,
como le llaman afectuosamente en su pueblo, se da en medio de una
renovada campaña por su libertad y por un adecuado tratamiento médico,
ante la oportunidad de que la máxima instancia judicial del país, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), recomiende el
reconocimiento de su inocencia.
Patishtán ha pasado más de 12 años en
diferentes cárceles del país, cumpliendo una sentencia de 60 años por el
supuesto asesinato de siete policías. El proceso, han denunciado
diferentes organizaciones, estuvo manipulado desde el principio.
Tras huelgas de hambre, plantones y
denuncias, decenas de sus compañeros de las organizaciones en las que
participó o que fundó dentro de prisión (la Voz del Amate y Solidarios
de la Voz del Amate) salieron en libertad. Él no.
¿Qué va a hacer cuando salga de la cárcel?
Voy a seguir en la misión, porque la injusticia es mucha y no puede uno quedarse callado, sin decir nada.
Con las huelgas de hambre y todas
las acciones que ha llevado a cabo, sí han salido muchos compañeros
suyos de la cárcel. ¿Por qué cree que a usted no lo sueltan?
Lo que me dice el gobierno del estado es
que el asunto le compete a la Federación, y que por lo mismo, no puede
hacer nada. Hace dos años, Jaime Sabines (gobernador de Chiapas) habló
conmigo y me dijo: “Patishtán, reconozco tu inocencia pero ni cómo
liberarte porque a Calderón es al que le compete. Si estuviera en mis
manos, yo te libero inmediatamente”.
Yo digo que por más que sea federal o
estatal, si hay una buena voluntad no habría obstáculos porque ellos
tienen todo en las manos. Teniendo buena voluntad política todo se puede
hacer.
¿No cree que todo esto sea un desquite por la lucha que ha llevado usted con otros presos?
También se puede entender así, a veces
también me lo he preguntado. Pero lo hagan o no lo hagan, si lo que
quieren las autoridades es eso, pues yo no me voy a poder callar, voy a
seguir luchando por otras libertades, porque hay muchos compañeros que
también están presos. Como que por algo y para algo pasan las cosas; hay
mucha gente en las cárceles que sufren igual que yo, con problemas de
salud también, y no los sueltan.
¿Qué le diría en este momento decisivo a las personas que van a revisar su caso y al gobierno de Chiapas?
Al gobierno de Chiapas, ya que tiene
ganas de liberarme -como había dicho hace dos años-, le digo que lo
retome y que lo haga, por un lado; por el otro lado, a los ministros de
la Suprema Corte les digo que confiamos en ellos, que con una buena
revisión, exhaustiva, ahí van a ver la verdad. Con la verdad se va a
encontrar la libertad, mi libertad.
Hay muchas anomalías en mi expediente,
la gente que llegó a atestiguar en mi favor nunca fue tomada en cuenta.
Si se hace una revisión bien completa, como debe ser, lo van a encontrar
y obtendré mi libertad. Si hacen eso, ahí es el fin. Esperemos que ya
sea el toque final.
En estos 12 años de prisión, ¿qué es lo que ha aprendido? ¿En qué ha cambiado usted de como entró a prisión hasta ahora?
Pues mucho. De hecho, afuera yo luchaba,
siempre hemos peleado por la justicia. Pero nunca pensé en el sistema
penitenciario, entre los que llevan el control de los juzgados, entre
muchas cosas, en el sistema. No pensé yo que eso iba a pasar, con esas
injusticias. Ahí aprendí que hay que luchar mucho más fuerte todavía,
aprender, mucho más todavía, a tener valor; ahora sí que a seguir
luchando por todos, como siempre hemos hecho. Lo que he aprendido es a
no hacer tanto caso a los miedos, sino que los miedos son los que te
fortalecen muchas veces.
¿Y cuál era su miedo antes de entrar a la cárcel? (Patishtán ríe antes de contestar)
Pues como pasa a muchos, es ganancia
llegar a estar a la cárcel porque sabemos que hay muchos que ni llegan,
los desvían en el camino, les pasan cosas, accidentes y tal. Y al menos
cuando llegué aquí dije: “Ya llegué, ahora sí ya”.
¿Qué le gustaría decirle a sus compañeros que siguen en el Centro de Readaptación Social, a los Solidarios de la Voz del Amate?
A los Solidarios, con la convicción que
tienen, yo les digo que le echen ganas. Que este reto de mi salud que
voy llevando nuevamente, en algo les ayude para que sean más fuertes
todavía, que no decaigan en la fe que tienen. Ellos creen en Dios. Que
le echen ganas, que juntos y todos vamos a salir adelante.
A las personas que llevan adelante la campaña por su liberación, ¿qué les dice?
-Que no se cansen, que no hay tiempo para descansar.
¿Usted no se cansa?
Sí, siempre, pero no para quedarse por completo. Es tomar un buen respiro y vamos adelante.
¿Cómo le hace para seguir?
Mientras vemos cómo sufren los que
circulan a nuestro alrededor, eso nos alimenta, otra vez, para seguir.
A mí me ha pasado que veo como que se están calmando las cosas, que voy
a tomar, por decir algo, un minuto de descanso, y de repente te dicen,
mira, está pasando esto. ¡Pues no te puedes quedar callado! Esto pasa
mucho.
En diferentes Ceresos hay defensores de
oficio para los que no tenemos dinero para pagar un abogado particular,
pero muchas veces no hablan el tzotzil o el tseltal para que defiendan
tal y como debe ser. A veces el defensor habla tzotzil y su cliente
habla tzeltal, pues no se va a poder por más que sea defensor de oficio.
Entonces, yo a veces he pasado como traductor. Por más que esté el
abogado defensor, tenemos que ir yo u otro Solidario. Gracias a Dios,
entre los Solidarios que estamos unos hablan tseltal y tzotzil. Entonces
cuando hay, pues le buscamos, es la actitud de echar la mano.
En ese pequeño trabajito o servicio es
donde nosotros no podemos estar por ahí paseando. En mucho es eso. A
veces es un simple oficio que no saben hacer para dirigirse con el
director y peticionar algo, pues ya nosotros, nuevamente ahí,
escribiendo. Gracias a Dios que ahorita la mayoría de los Solidarios ya
saben hacer oficios, entre otros documentos más. Ellos ya son los que
ayudan.
O sea que estos años ha sido profesor, secretario, abogado, traductor…
¡Y hasta doctor pasamos a ser, a veces!
En la cárcel padecemos de ciertas enfermedades. A veces pregunto con uno
de los Solidarios, que también conoce de hierbas naturales, y dice:
“Éste es bueno”. Ah, pues sale, ya nos lo tomábamos. Y ya que me quito
esto no falta quien viene y dice: “Patishtán, me dieron esto, también
aplícalo, es bueno”.
De todo tenemos que ser, hasta sicólogos
muchas veces; no entendemos nada de sicología, pero con lo poquito
también damos terapia. A mí me tocó que una sicóloga de la iglesia me
llegó a visitar; ella tenía su pequeño problema y me decía: “Vamos
platicando”, pero ese día andaba yo también un poquito mal, a veces
también pasamos problemas, ¿no? Cuando llega la sicóloga yo digo, pues
que me eche la mano. Y ella dice: “No, Patishtán, yo quería que me
dieras un remedio para mí”. No, cómo, si yo también sufro de esto.
Entonces hay cositas que sí se necesitan aprender. Es ahí como nosotros
pasamos esos momentos.
Y entonces, ¿qué va a hacer en su mero primer día cuando ya esté libre otra vez? (Se ríe nuevamente antes de contestar)
No sé, ahí si ya quedaría en la mano de Dios qué es lo que voy a hacer. Nomás, lo que sí es que hay muchas cosas.
¿Qué se le antoja, qué es lo que más extraña?
Mi gente. Ellos también me extrañan, me
han mandado mensajes. Están allá estos días, vienen luchando mucho, como
en muchos lugares. Para comenzar, quisiera agradecerles a ellas y
ellos, a todos. Ahí voy a estar nuevamente.
(Su hija Gaby interrumpe la plática:
hay dos personas que llevan horas esperando para verlo. Discute con el
policía sobre el pase, pero hay que irse ya. Patishtán sonríe y se
encoge de hombros)
Doce años ya…
Más. Va para 13. Ya con eso es suficiente.
˜°˜
El 11 de octubre a las 18:30 horas,
colectivos solidarios y el equipo de defensa legal darán una charla e
informe público en el Distrito Federal sobre la situación de de
Alberto Patishtán. La familia de Patishtán dará un mensaje. La cita es
en el Multiforo Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Colonia Roma).
Article printed from Desinformémonos: http://desinformemonos.org
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Las cosas saldrán bien, amigo Alberto Pathistan. Hay muchas personas buenas que están pidiendo por tí y por la causa zapatista. La lucha sigue.
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