Alberto Patishtán, con ánimo y ante un nuevo recurso jurídico en busca de su libertad
El profesor tzotzil podría recuperar su libertad gracias a un nuevo recurso jurídico interpuesto por su defensa. Mientras tanto, “El Profe” continúa de buen ánimo y dando clases en el penal de San Cristóbal de las Casas, a pesar de todas las dificultades.
México, DF. Un nuevo recurso jurídico interpuesto por la defensa de Alberto Patishtán Gómez, en el que se solicita que la Suprema Corte de la Nación (SCJN) atraiga el caso que está plagado de irregularidades, podría poner en libertad al profesor tzotzil, quien desde hace 12 años se encuentra injustamente recluido, condenado a 60 años de prisión en Centro Estatal para la Reinserción Social de Sentenciados Número 5, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Familiares de Patishtán, su abogado defensor, Leonel Rivero, y representantes del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) y del Movimiento de El Bosque por la Libertad de Alberto Patishtán anunciaron el inicio de una estrategia jurídica en la que se solicitará a la SCJN que asuma su competencia para validar un Incidente de Reconocimiento de Inocencia a favor del profesor.
En entrevista con Desinformémonos, Gabriela Patishtán, hija de Alberto Patishtán, explicó que ella, su hermano Héctor y sus tíos Eufemio López y María Ruiz, viajaron a la Ciudad de México para plantear el caso de su padre a los ministros de la SCJN y solicitar que esta instancia lo revise.
“Nosotros ya habíamos agotado los recursos penales para su defensa. Al momento de su sentencia, se apeló. Luego de la apelación siguió un amparo y todo se le negó. Hace dos años enviamos una carta a la Corte Interamericana argumentando que hubo violaciones a los derechos humanos durante su juicio, como no contar con un traductor, que no se tomaron en cuenta a los testigos y que las declaraciones fueron manipuladas. Agotamos todos los recursos”.
Hace un año, la familia tomó la decisión de que el expediente fuera estudiado nuevamente en busca de un nuevo recurso que pudiera devolverle la libertad al profesor Alberto. Tras estudiar el caso, el abogado Leonel Rivero –quien llevó la defensa de Ignacio del Valle y Felipe Álvarez en el caso de Atenco– aseguró que hay un recurso más al que la defensa puede apelar.
En una carta dirigida a los ministros Juan N. Silva Meza y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente de la SCJN y de la Primera Sala de la misma instancia, respectivamente, familiares del profesor y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales solicitaron al máximo tribunal que “reasuma la competencia originaria que le confiere el artículo 561 del Código Federal de Procedimientos Penales para conocer Incidente de Reconocimiento de Inocencia presentado por la defensa legal del sentenciado, con motivo de la sentencia de 60 años de prisión impuesta en su contra”.
Héctor Patishtán, hijo de Alberto, tiene 16 años de edad; tenía cuatro años cuando su padre fue detenido. El joven viajó a la capital del país junto con su hermana Gabriela, de 21 años, para solicitar que la Corte atraiga el caso. No es la primera vez que se encuentran en el Distrito Federal. “Todas las veces que hemos estado aquí no nos hemos quedado cruzados de brazos, hemos acudido a diversas instancias, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Secretaría de Gobernación; hemos enviado cartas a Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, con más de 2 mil firmas de los representantes del pueblo de El Bosque e incluso nos entrevistamos con ella, pero creo que no sirvió de nada”, dice Héctor.
En el 2000, el profesor Alberto Patishtán Gómez fue detenido sin orden de aprehensión y obligado a rendir declaración sin abogado ni traductor presente. En marzo de 2002 fue sentenciado a 60 años de prisión acusado de asesinar a siete policías en una emboscada en el paraje Las Limas, municipio de El Bosque. A pesar de las pruebas razonables ofrecidas por su defensa de no haber participado en la emboscada y de las inconsistencias en el juicio, se dictó pena máxima al profesor, quien apeló la sentencia y recibió un amparo directo, pero fue sentenciado en mayo de 2003 acusado de homicidio y lesiones calificados; robo calificado; daños y portación de arma de fuego de uso exclusivo del ejército.
El 20 de octubre de 2011, mientras Patishtán y otros presos realizaban una huelga de hambre en el reclusorio de San Cristóbal de la Casas para exigir justicia por sus casos, el profesor fue trasladado arbitrariamente –a petición del gobierno de Chiapas– al CEFERESO 8 Norponiente en Guasave, Sinaloa. Allí vivió en condiciones de tortura permanente que el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas documentó y denunció ampliamente. Posteriormente, tras muchas protestas, le fue concedido un amparo y pudo volver a Chiapas.
Durante su encierro, al profesor Patishtán también le ha sido negada atención médica y psicológica, y cuando la ha recibido, ha sido de mala calidad. La negación de tratamiento para el glaucoma que le fue detectado desde el 2010 en Chiapas ha acelerado la pérdida de su visión.
Gabriela Patishtán explica que “en Guasave mi papá no recibía atención médica, por lo que el Frayba interpuso una medida precautoria ante la Corte Interamericana; a pesar de eso, desde que volvió a Chiapas, luego de estar en Sinaloa, su visión está cada vez más afectada. Sólo le ponen unas gotas ‘pero a veces se les olvida’, y mi papá cada vez ve menos”.
La hija del profesor tzotzil agrega que “cuando volvió a San Cristóbal pensamos que venía mal, porque lo que le pasó no es nada fácil, pero él venía contento como siempre, sonriente y apegado a dios. Su ánimo se basa en lo espiritual, y en vez de que nosotros lo animemos, él nos anima a nosotros, nos dice que nos admira como sus hijos”.
A lo largo de los 12 años que ha estado en la cárcel, miles de organizaciones, colectivos y comunidades se han solidarizado con el profesor tzotzil. Apenas el pasado 27 de agosto inició una nueva etapa de apoyo a Patishtán, una campaña mundial llamada Acción Global para Tumbar Las Paredes del Calabozo, que fue convocada por el Movimiento por Justicia del Barrio de la Otra Campaña de Nueva York. En ese contexto, el pasado 31 de agosto se realizó una jornada de ayuno y oración en diversas parroquias de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, y el 4 de septiembre más de 3 mil miembros del Pueblo Creyente peregrinaron, con flores y velas en mano, desde la zona de El Bosque hasta la Catedral de San Cristóbal de Las Casas para exigir la libertad de Alberto.
Por su parte, el profesor Patishtán “sigue teniendo el ánimo al cien, a pesar de todas las dificultades y de la merma que ha sufrido su salud”. La posible pérdida de la vista tampoco parece afectarle el ánimo. Él sigue dando clases dentro del penal y asegura que “si se queda ciego, eso no será un obstáculo para dejar de hacer la lucha”, finaliza Gabriela Patishtán.
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