San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas. México.
12 de mayo 2012
Colectivo Ik'
Nuestro saludo a todas las personas
asistentes al foro y nuestros deseos de que los trabajos de estos días se
desarrollen con bien y sirvan para que cada quien retorne a sus lugares y
tareas con más ánimo, con más conocimiento, alegría y convicción de que
trabajar por la justicia nos reconforta de las tristezas y dolores que el
injusto encarcelamiento nos ocasiona. Agradecemos al compañero y maestro
Guillermo Villaseñor por darle a nuestras palabras su voz.
Alberto Patishtan Gómez está a día
de hoy en Guasave Sinaloa en un Centro Federal de Readaptación Social. Este es
el nombre oficial del lugar y nos preguntamos ¿De Readaptación Social? ¿Cuáles
son las medidas tomadas y los medios asignados para esta “Readaptación Social?
Una hora de visita cada dos semanas, de una sola persona, con un cristal que
les separa, con la presencia de dos funcionarios uno a cada lado. Una
comunicación telefónica por diez minutos cada quince días a un solo teléfono fijo.
Largas horas de estancia en la celda. No permitir que tenga libros, ninguna
fotografía en su celda ¿Esto es “Readaptación Social”? Guasave está a más de
dos mil kilómetros de Chiapas, solo 12 personas pueden visitarlo, las
exigencias para la visita son numerosas.
El aislamiento sensorial y el
aislamiento social lejos de producir una “Readaptación” del interno le producen
sufrimientos, lo que desata en cada persona distintas reacciones que van de la
agresividad del resentimiento a la desesperación autodestructiva; no hay
readaptación social en estas condiciones carcelarias, es simple y llanamente un
castigo, un daño infligido al encarcelado, una desestructuración de su persona
y cuando se es inocente de las acusaciones que el juez sentenció con prisión es
más difícil aceptar la situación que está viviendo, ni siquiera queda el
decirse “yo la hice, yo la pago” y a todo lo anterior se añade un sin sentido,
una incomprensión, un absurdo de la vida. La vida, su vida, como un juego de
azar en manos de otros.
Alberto Patishtan Gómez es tsotsil,
su familia es tsotsil, su pueblo es maya. Cada vez que sale de su celda está
obligado a desnudarse y hacer sentadillas, cada vez que su cabello crece es
rapado; es un desprecio y vejación para su cultura ser tratado así, es faltarle
el respeto. Su cultura entiende por justicia la reparación del daño, la
recomposición de aquello que fue roto, la armonía, la cohesión social que nos
da un futuro; la justicia en su cultura no se queda en el pasado, actúa mirando
hacia adelante y son su gente tsotsiles del municipio de El Bosque, quienes
atestiguan su inocencia, “no tiene debe que pagar”, “está encarcelado por la
injusticia que le hicieron”, “debe terminar ese sufrimiento de todos”.
Alberto Patishtan Gómez vivía en
junio del año 2000 con su familia, en su pueblo natal, con sus tareas y vecinos
de la triple “S” La Canoa, con sus compañeros de profesión maestros, con sus
hermanos en la fe en las tareas de iglesia. Ni violento, ni pendenciero, ni
borracho, ni vago. Era un ser humano bien adaptado a la vida en la sociedad en
que vivía. En estos días de trabajo ustedes escucharán los testimonios de que
así era, apreciado y querido.
En poco más de un mes se cumplirán
doce años en injusto encarcelamiento, 144 meses, 624 semanas, 4,383 días. ¿Cómo
ha afrontado y vivido este largo rosario de injusticia sin destruirse, sin
abandonarse, sin desesperarse?
Cuatro han sido los horcones, las
bases en que se ha apoyado, que le han dado fuerzas:
I – En los peores momentos, los más
difíciles su fe religiosa ha sido y sigue siendo fundamento sólido de su
sentido de vida y trascendencia del sufrimiento.
II – Su convicción social y
política de la justicia de su actuar para el bienestar de su pueblo, su gente;
la comprensión del interés de quienes detentan el poder en castigarle a él para
atemorizar a muchos. Comprender y tener convicción, su segundo fundamento.
III – El apoyo de su gente, sus
familiares, sus vecinos, sus compañeros de actividad social, política,
religiosa y profesional; y más tarde el apoyo de tantas personas en el mundo,
ese es, su tercer fundamento.
IV – Y el cuarto lo encontró dentro
de las cárceles en que ha vivido estos doce años, la entrega a otros compañeros
y compañeras encarcelados, el apoyo a quienes como él están injustamente
encarcelados, la ayuda a quienes no tuvieron un proceso conforme a ley o no
tuvieron el dinero para pagar la mordida, el apoyo a quienes la desesperación
lleva hacia la autodestrucción. Como afuera actuó, dentro siguió y sigue
actuando, ayudando a otros, dando ánimos, incluso a quienes le visitaron o
escribieron.
Cuatro bases sólidas para caminar
estos años, para afrontarlos sin dejar de verse a sí mismo y a todos los demás
como personas, como seres humanos que somos.
Tres gobernadores del estado de
Chiapas (Albores, Salazar, Sabines) han recibido peticiones de la familia y
ciudadanos de El Bosque solicitando su liberación, solicitando que acabe esta
injusticia. También dos presidentes de la República (Fox, Calderón) y también
la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la comisión de justicia del Congreso
de Chiapas, diversos diputados locales y secretarios de gobernación; nada ha
sido suficiente, no han sido escuchadas las voces del pueblo, ni los institutos
políticos PRI, PAN, PRD de El Bosque, ni la Sección Sindical de Trabajadores de
la Educación, ni las organizaciones comunales, ejidales, triple “S”, ni barrios
del municipio de El Bosque; ni la voz del Obispo Jtatic Samuel Ruiz, ni las del
Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”, ni el Centro de
Derechos Humanos de la escuela de derecho de la Universidad Autónoma de
Chiapas, ni las voces que desde tantos países, personas, grupos, organizaciones
de paz han levantado y dirigido a las autoridades institucionales han sido
escuchadas. Aun más cruel lo trasladaron a Sinaloa a dos mil kilómetros de su
tierra, su gente, tras once años de injusta reclusión en Chiapas.
Del Profesor Alberto Patishtan
Gómez hemos aprendido que incluso en las más adversas situaciones las personas
y los pueblos tenemos capacidades para salir adelante construyendo un futuro de
vida para todas y para todos. Muchas gracias compañero Alberto, por tu ejemplo
en la búsqueda de un mundo más humano y más digno.
Colectivo Ik’
No hay comentarios.:
Publicar un comentario