Como si no fuese suficiente la ingente crueldad y el patético racismo
del que ha hecho gala el Tribunal Federal de Tuxtla Gutiérrez negando el
pasado 12 de septiembre el reconocimiento de inocencia a Alberto
Patishtán, apenas una semana después volvemos a recibir encolerizantes
noticias acerca de la situación Alberto Patishtán.
Según información del medio libre Koman Ilel, el profe Patishtán fue
trasladado el pasado día 19 de septiembre a México DF, desde el CERESO
número 5 de Chiapas. El motivo fue realizar unas pruebas médicas de
seguimiento relacionadas con el tumor cerebral que Alberto padecía y del
que fue operado con éxito en octubre del pasado año. Operación aquella
que fue posible sin lugar a dudas gracias a la presión social, ya que
las autoridades penitenciarias le han ido negando e incluso manipulando
en todo momento la atención médica necesaria. Nada que deba
sorprendernos. El mal gobierno niega lo más básico a aquellos que están
injustamente presos, como si la privación de la libertad no fuese
suficiente castigo a un inocente.
Ahora, justo ahora, el tumor de Alberto reaparece, y con él vuelve como
una pesadilla la tortura más íntima. Lo cierto es que los 13 años de
cárcel política que ha soportado Alberto han estado plagados de
irregularidades, arbitrariedades y métodos de tortura planificada. Valga
como muestra dos ejemplos: el traslado forzoso al Cefereso de Guasave
(Sinaloa) el 20 de octubre de 2011, a petición expresa de Noé Castañon,
mano derecha del gobierno de Juan Sabines (PRD), anterior gobernador de
Chiapas, en plena huelga de hambre colectiva. Y la demostración más
reciente: el viaje a DF del 19 de septiembre lo hizo esposado. Así es
como tratan los gobiernos federal de Peña Nieto y estatal de Manuel
Velasco a un preso político insignia de la lucha de los pueblos indios
en México, con el CNI al frente. Si ésto se lo hacen a Alberto, ¿qué no
harán a las miles de indígenas anónimas y anónimos injustamente
encarcelados?
Otro ejemplo de la crueldad del mal gobierno mexicano es la situación
del compañero Francisco Kuykendall, que hospitalizado tras una grave
agresión policial el pasado 1 de diciembre en DF, sigue padeciendo la
negación de las atenciones médicas necesarias y dignas para su adecuada
recuperación. El compañero Kuy tiene además limitado el acceso a sus
seres queridos al imponerle condiciones intolerables para la recepción
de visitas.
Debido al impacto del proyectil policial, nuestro compañero presentó
exposición y pérdida de masa encefálica, ocasionándole terribles
estragos a su salud, como falta de habla y de movimiento. Así como
infecciones recurrentes en vías urinarias por el fuerte desgaste en su
sistema inmunológico. Kuy Kendall ha padecido todo un “vía crucis” en
diferentes clínicas y hospitales de la ciudad de México, dependientes
tanto del Sistema Nacional de Salud como del Distrito Federal. Si bien
nuestro compañero ha logrado salvar la vida, la atención médica que a la
fecha ha recibido nunca ha sido óptima ni tan siquiera suficiente. La
condición actual de Kuy Kendall requiere atención médica especializada
neurológica y de fisioterapia que le permita ir subsanando su actual
condición y reparando y preparando un futuro digno. Deseamos además que
pronto Kuy pueda reunirse con Teodulfo Torres, "El Tío", en paradero
desconocido, testigo directo de la agresión.
Desde la CGT queremos enviar toda nuestra fuerza y vitalidad a ambos
compañeros adherentes a la Sexta del EZLN, a sus familiares y redes de
apoyo. Esperamos de corazón que la salud de ambos evolucione
favorablemente. Queremos señalar en síntesis que denunciamos la grave
violación de derechos humanos que se está cometiendo al negar
sistemáticamente la atención médica a las y los presos políticos en
México.
Hoy, 24 de septiembre de 2013, en la
celebración del “día del preso” gritamos con rebeldía arrolladora:
“presas y presos políticos libertad”.
Madrid, a 24 de septiembre de 2013
CGT.
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