Héctor Patisthán, hijo del maestro, junto a la actriz Julieta Egurrola. / S. C. |
Tras 13 años en una cárcel en Chiapas (sur de México), el maestro tzotzil Alberto Patishtán
espera este jueves la decisión de un tribunal colegiado que podría
cancelar o ratificar una condena de 60 años en prisión por el supuesto
asesinato de siete policías, en un caso lleno de irregularidades y con
testimonios que lo sitúan en otro lugar al momento del crimen.
La
decisión del primer tribunal colegiado del vigésimo circuito en Tuxtla
Gutiérrez es la última instancia por la vía judicial con la que
Patishtán cuenta en México antes de acudir a tribunales internacionales.
Esperando su libertad también está su hijo Héctor, de 17 años, que a
un par de días antes de conocer la decisión del tribunal confía en que
los jueces le den la libertad a su padre. “Con la libertad de mi padre
la injusticia no se acaba, hay muchas personas que están sufriendo por
la injusticia del sistema judicial”, comenta. El chico viste una
camiseta con los rostros del subcomandante Marcos y el Che Guevara y la
leyenda “revolucionarios”, habla tímidamente pero es contundente.
Recuerda que hace apenas cinco días visitó a Patishtán en la prisión en
compañía del fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD, de
izquierdas), Cuauhtémoc Cárdenas, y charlaron un par de horas sobre el caso y las injusticias en México.
El hijo de Patishtán ha convocado a una velada y un ayuno en la sede
del Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México, a partir del
miércoles 11 de septiembre y hasta el mediodía del jueves cuando el
tribunal dé a conocer su decisión. En Chiapas, dice, varias comunidades
se han sumado al ayuno para pedir la libertad de su padre. Patishtán y
otros presos hacen lo mismo en la cárcel. El maestro tzotzil se recupera
de un tumor cerebral que le hizo perder la vista casi en su totalidad,
su hijo reconoce que la atención médica que ha recibido su padre ha
mejorado su salud y su estado de ánimo. “Cuando uno de nosotros va a
darle ánimos, nosotros salimos con más ánimos”, cuenta.
La defensa de Patishtán ha señalado que en caso de que el tribunal ratifique la sentencia contra el profesor, acudirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH), pero se muestran optimistas de la próxima decisión del último
tribunal mexicano que atiende el caso. “Estamos convencidos de que hay
argumentos jurídicos suficientes para que se reconozca la inocencia del
maestro Alberto Patishtán, estamos innovando en los argumentos sobre los
cuales se debe reconocer la inocencia del profesor”, explica Sandino
Rivero, uno de sus abogados.
Las opciones para Patishtán se agotaron después de que en marzo
pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó atraer
su caso al principal tribunal del país, por lo que la decisión quedó en
manos de un tribunal colegiado. Si la sentencia se confirma, en México
sólo quedará la posibilidad de que el presidente, Enrique Peña Nieto, le
indulte. Los miembros del PRD en el Senado se han pronunciado para
pedir al Ejecutivo el perdón para el maestro tzotzil. La condena que
recae sobre Patishtán lo acusa de homicidio, lesiones, robo, daño a la
propiedad y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército.
Algunas organizaciones de derechos humanos se han sumado a la petición de libertad para el profesor. Amnistía Internacional ha entregado unas 16.000 firmas
al Consejo de la Judicatura Federal para pedir un fallo a favor del
maestro. Daniel Zapico, director de Amnistía Internacional en México, ha
denunciado que la comunidad indígena padece con mayores dificultades el
sistema de justicia y que muchos casos buscan solución en tribunales
internacionales. “Esa necesidad de muchos hombres y mujeres de ir a
buscar justicia fuera de México debería de hacer pensar a los poderes
del país en qué país estamos, cuando se niega justicia y se tiene que ir
a buscar fuera lo que el país es incapaz de proporcionar”, ha dicho.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/10/actualidad/1378844257_915350.html
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