Francisco Torres / ADNPolítico
MONTERREY, Nuevo León. El sacerdote
Alejandro Solalinde Guerra lleva varias décadas condenando públicamente
los abusos que autoridades y grupos delincuenciales llevan a cabo en
contra de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos y
que, en su paso por México, son humillados, ultrajados o asesinados.
Sobre el reciente descarrilamiento del
tren conocido como “La Bestia” el 25 de agosto pasado, y que costó la
vida de al menos 6 migrantes, el Padre Solalinde comentó que esto no fue
más que resultado de la falta de atención al fenómeno migratorio por
parte de las autoridades, por lo que llamó a analizar la posibilidad de
ofrecer un permiso de estancia temporal para que los centroamericanos
que cruzan la frontera sur puedan transitar por el país de sin tantos
riesgos.
En el marco del Congreso por los Pueblos
Indígenas, llevado a cabo del 26 al 29 de agosto pasado en el Tec de
Monterrey, el Padre Solalinde conversó en entrevista sobre el desinterés
que hay del tema migratorio, las enseñanzas del Ejército Zapatista de
Liberación Naciona (EZLN), las diferencias entre Enrique Peña Nieto y
Felipe Calderón y del caso del profesor Alberto Patishtán, acusado en el
año 2000 de haber cometido un supuesto asesinato.
¿Cree que el caso de Alberto Patishtán refleja lo que es el sistema de justicia en México?
Claro que sí. En México el sistema de
justicia está de cabeza y el Estado todo está de cabeza, pero también
por la corrupción y la impunidad. México es, tal vez, el país más impune
de todo el planeta. El 98% queda impune de los casos que se presentan y
se denuncian, entonces, por supuesto que es una injusticia (el caso
Patishtán). Me queda claro que la justicia, la verdadera justicia, se
compra, se vende y esa es nada más para las personas que pueden tener
palancas, dinero o recursos. Si hubiera justicia, algunos de los
políticos estarían en las cárceles.
Si comparamos el caso de Patishtán y el de Florence Cassez, ¿qué opinión le merece uno y otro proceso judicial?
Pues que hay doble rasero, porque a
Florence Cassez como es una extranjera, pues claro que se le tiene que
dar toda la facilidad del mundo para demostrar que el debido proceso no
se dio, ¿verdad? Pero tratándose de un indígena, y además un indígena
luchador, que es incómodo, que es una piedrita en el zapato, claro que
para él todo el peso de la ley en este muy entre comillas Estado de
derecho que algunos políticos creen vivir.
El Estado de derecho que se vive en el sexenio de Peña Nieto, ¿en qué se diferencia con el de Felipe Calderón?
¿En qué se va a diferenciar si el
sistema es el mismo? Habrá personas, como en todos lados, de buena
voluntad, no digo y tampoco voy a satanizar el tiempo de Felipe
Calderón, porque hubo gente también buena, pero igual que ahora, son muy
pocos y no logran incidir en cambios hacia adentro, no son autocríticos
y simplemente no son tomados en cuenta. Es un sistema tocado
profundamente por la corrupción.
Entonces, ¿cuál es la diferencia después de que se va el PRI y llega el PAN, si sigue habiendo casos como el de Patishtán?
La alternancia solamente fue cromática,
nada más. Cambiaron colores, pero el sistema, insisto, sigue siendo el
mismo. La gente quería un cambio de verdad, no solamente de presidente
ni de partido, quería un cambio realmente en México. Pero bueno, hay que
decirlo: Fox no tuvo dos dedos de frente, fue una persona totalmente
incapaz para haberse imaginado lo que se tenía que hacer. Estaba a 2,000
años luz de una visión de estadista, era una persona que llegó
ocasionalmente al poder, que llegó más como una acción punitiva de la
gente hacia al PRI que por un aprecio. Mientras no se tome en cuenta a
la gente, son una mentira los cambios.
¿Qué representa para usted un cambio?
Una inversión de la dinámica de poder.
El poder y todo ha sido de arriba hacia abajo, ha sido deductivo. Hoy
queremos que sea al revés, que sea inductivo (…) yo digo: lo primero que
tienen que hacer los políticos para salir de ese descrédito tan grande
en el que viven, es irse a las escuelas Zapatistas para aprender cómo se
manda obedeciendo.
¿Qué representa el Movimiento Zapatista para México?
Significó realmente una sacudida en lo
más profundo a la consciencia nacional, porque estábamos embelesados por
el sonido de las sirenas priistas, salinistas, que nos decían que
México ya estaba entrando en la era de ser una gran potencia. Nos
sacuden diciéndonos: "Señores, hay un México profundo y hay una gran
injusticia". Mentira que hay ese propósito de ayudar a la nación, de
hecho, hemos presenciado sexenio tras sexenio esos robos. El Movimiento
Zapatista tuvo los pantalones de plantársele en frente a Carlos Salinas
de Gortari, en ese momento que tenía el poder, en ese momento que era
presidente y decirle que era un mal gobierno, que era un mentiroso y que
era mentira que nos iba a ir bien con el TLCAN (Tratado de Libre
Comercio).
El Movimiento Zapatista habla de no querer cambiar el sistema, sino que quiere crear algo nuevo.
Sí, porque no es reformista. Nuestra
Constitución es la más manoseada, la más violada de todas las
constituciones del mundo. Si queda el 2% de la original es mucho. Jesús
era también muy radical en ese sentido, decía: “A odres viejos, vino
viejo. Vino nuevo, vasijas nuevas”. Un parche viejo no lo vas a poner en
una tela nueva porque te rompe la tela nueva. Y así lo decía Jesús: “A
vino nuevo, vasijas nuevas”. ¿Por qué estar con parches? ¿Por qué estar
con reciclajes? ¿Por qué estar con todo México reciclado? Ahorita los
políticos que tenemos ya están viejos, ya son mañosos, ya deberían de
retirarse y dejarle lugar a los jóvenes.
Se dice que el Papa que acaba de asumir como tal es el primer Papa revolucionario ¿Qué piensa?
Yo creo que (Francisco) es el primer
Papa, después de 700 años desastrosos de la iglesia entre el poder y el
dinero, que empieza a tomar reversa de esos dos falsos valores y empieza
a poner a la iglesia, otra vez, en el camino evangélico, de ser
misionera, en el camino de ser pobre, de ser servidora, en el camino de
acercarse a la gente; bajar, dejar sus tronos, dejar sus estructuras
mentales de príncipes que tiene.
¿Hay libertad de expresión en México?
Más que en otros países, pero esa
libertad tenemos que seguírnosla ganando. Tenemos que ir luchando por
ella, porque hay libertad para unos, pero para otros quien sabe. Unos
que luchen pueden tener su libertad de expresión, pero otros a los que
puedan amedrentar, pues no. Sí hay libertad, más que en otros países,
pero podemos mejorarla y hay que defenderla con dientes, uñas y todo
para que no nos quiten la que tenemos hoy.
¿Qué piensa de los jóvenes? ¿Cuál es el rol que deben jugar en el actual entorno?
En los jóvenes está esa fuerza del
cambio. Mentira que los jóvenes sean personas que estén pensando nada
más en sexo, en la copa y en la droga. Mentira. Ellos son creativos, y
si se les consultara podrían dar soluciones muy importantes junto con
las mujeres. Porque las mujeres son otro sector que tenemos que tomar en
cuenta, si ya no por cuota de género, por lo menos sí por sentido de
conservación. Cuando estamos viendo esos feminicidios, esos espacios
como la iglesia donde se excluye a la mujer, pues estamos viendo ahí una
suspensión de la salida de la crisis, estamos deteniendo los cambios
que debe de haber en nuestra sociedad.
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