Hay que decir, en honor a la
verdad, que el Poder Judicial y ustedes, que son su más alta instancia,
tienen un extraño gusto por la injusticia y el desprecio. Nunca pude
entender por qué se negaron a ir a los diálogos que el Movimiento por la
Paz con Justicia y Dignidad sostuvo con los poderes de la nación en el
castillo de Chapultepec. No obstante que una buena parte de la impunidad
que existe en nuestra nación y una buena parte de los inocentes que
están en las cárceles son consecuencia del Poder Judicial, ustedes,
resguardados en la opacidad, la intocabilidad y la omisión que siempre
ha caracterizado al poder que representan, se han negado desde hace
mucho a aceptar o a decir algo sobre la gran responsabilidad que el
Poder Judicial tiene en la tragedia humanitaria que vive la nación.