México, D.F, 26 de Junio de 2013.
Escrito por
#RevistaHashtag
Con delicado proceder,
nuestras culturas ancestrales solían extraer la pulpa de la corteza de
los árboles para preparar el papel amate. En su superficie, palabras,
imágenes, colores y ornamentos han sido colocados durante cientos de
años. La voz del amate es la voz de la tierra, el susurro de un pasado
que palpita en el presente. La voz del amate es nuestra voz, la de un
México que vive entre nosotros, que circula en nuestra sangre y habla
desde nuestra garganta. Silenciar esa voz es silenciar una parte de
nosotros.
A trece años del
encarcelamiento de Alberto Patishtán, profesor tzotzil y defensor de los
derechos humanos de los indígenas, las autoridades de todos los niveles
siguen sin impartir justicia. Poco han importado las evidencias que
muestran la irregularidad del proceso judicial, la arbitrariedad de la
detención y la ineficacia de las instancias jurídicas; poco han
importado, también, las múltiples voces que denuncian estos hechos, las
pruebas de que su apresamiento se debe menos a los supuestos delitos
imputados, que al afán de disuadir a las voces críticas; poco ha
importado todo ello, como desde hace centenas de años en México la
justicia sigue siendo propiedad de quienes puedan pagarla, y los pueblos
indígenas no forman parte de ese selecto grupo.
Ni las denuncias por parte de
Amnistía Internacional, ni los señalamientos de varios centros de
Derechos Humanos, ni el reconocimiento de su inocencia por parte del
actual gobernador de Chiapas han hecho mella en las autoridades
correspondientes. Hoy, la venganza ocupa el lugar de la justicia y el
autoritarismo se disfraza de democracia.
#RevistaHashtag es un medio
independiente cuyo objetivo primordial es promover un periodismo de
investigación capaz de ayudar al fortalecimiento de una cultura
democrática. Por ello, la injusticia, la arbitrariedad y el
autoritarismo no le son indiferentes. Convencidos de que la justicia es
el pilar de un país democrático, exigimos la inmediata liberación de
Alberto Patishtán, condenado a 60 años de cárcel por el único delito de
luchar por su comunidad y oponerse a los poderes corruptos que tanto
daño han hecho al país.
La voz del amate es la voz de un México que pide justicia.
La voz del amate hoy resuena por Alberto Patishtán.
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