Subversiones / Por Regina López, Judith Gómez y Colectivo Histeria
19 agosto 2013
Los muros y rejas que separan a los
presos de su libertad física en el Centro de Readaptación Social
(CERESO) no. 5, San Cristóbal de las Casas, se nos abrieron este lunes
para dar a paso a una reunión particular. De ese lado, pudimos
encontrarnos con Alejandro Díaz Santis, quien, junto con otros 3 presos
adherentes a la ‘Sexta Declaración de la Selva Lacandona’, sigue
luchando para exigir su liberación. Ya junto a otros internos que se
encontraban con su “visita”, una sonrisa y un abrazo de hermanos fue lo
primero que recibimos de Alberto Patishtán Gómez. Con un temple calmado y
amable, nos ofrecieron un café caliente y un diálogo largo, que
reflexionando, ha sido una de las enseñanzas mas valiosas que hemos
recibido las últimas semanas en nuestro caminar por Chiapas.
Entre risas y momentos conmovedores, nos
hablaron de lo que significa para ellos la “libertad”. Una palabra que
muchas veces es tomada a la ligera, sin embargo, Alberto y Alejandro
quienes llevan 14 y 13 años encarcelados por delitos que no cometieron,
nos platican que para estar libre afuera, primero es necesario conseguir
la libertad interior. En este sentido nosotras los percibimos más
libres que muchos de los que andan afuera.
Nos hablaron de la importancia del amor
por los otros, de reconocernos como hermanos, de la importancia de no
quedarse callado, en palabras del profesor “…si uno sabe que el otro
está cometiendo una injusticia y no haces algo por frenarlo, entonces
eres cómplice”. Es por esto que Patisthán se ha convertido en vocero de
los y las presas, siempre al pendiente de los demás, exigiendo a las
autoridades del penal mejores tratos para todos, desde conseguir bajar
el precio de los materiales que utilizan para su artesanía, la cual los
ayuda a sostenerse, hasta caminar hombro con hombro con las mujeres
recluídas en el mismo centro –alrededor de 50. Con ellas, trabaja tres
días por semana, enseñando, escuchando y, sobre todo, dignificando la
vida detrás de las rejas.
Alex y El Profe están seguros de que su
estancia no es fortuita, sino que por alguna razón tenían que estar ahí.
Patishtán ha generado procesos de lucha, educación y organización en
cada una de las prisiones que ha pisado, por lo que la cárcel ha sido un
espacio donde continúa sus labores de enseñanza. La última vez que
Patishtán vió salir a sus compañeros fue el 5 de julio de este año,
cuando 9 de las 10 personas indígenas que luchaban a su lado, fueron
liberados. [i] Para
Alejandro, ser el único en no haber salido representó un reto al
principio, luego comprendió que es su deber caminar junto a Patishtán,
se siente contento de no haberlo dejado solo.
Luego de compartir su palabra, fue nuestro turno. Muy emocionado,
preguntó cómo vivimos la escuelita zapatista. Escuchó, atento, los
relatos y experiencias de lo vivido en las montañas del sureste
mexicano. En su mirada parecía estarse trasladando, a través de las
experiencias compartidas, a territorios muy similares a su comunidad ‘El
Bosque’, en los Altos de Chiapas.
Alberto Patishtán dice que, en sus prácticas espirituales, no pide
por su libertad física. Quiere salir, sabe que es su derecho, lucha por
ello y habla de la injusticia, pero no le atormentan la expectativa ni
la ansiedad. Prefiere dejar en manos del destino lo que pase, se
mantiene firme en su responsabilidad de seguir luchando. En sus
palabras: “la gente se pone metas y si no las alcanzan a corto plazo las
dejan, pero para alcanzar una meta se tiene que ir lento, se tiene que
perseverar y ser pacientes”.
A través de nuestra visita y compartiendo las enseñanzas del
profesor, buscamos apoyar su lucha y las acciones mundiales por su
liberación. Es en ese contexto que se realizará, mañana 20 de agosto de
2013, una peregrinación en Tuxtla Gutiérrez. La convocatoria pide la
libertad de Alberto Patishtán Gómez, Alejandro Díaz Santiz, Antonio
Estrada Estrada y Miguel Demeza Jiménez. La ruta será de la central de
abastos al Tribunal colegiado. Y en la Ciudad de México, se caminará del
parque hundido a la Judicatura general.
Los próximos 17 días son de gran importancia para definir el futuro
de Alberto Patishtán. Es por eso que él y Alejandro se encuentran en
ayuno desde el día de hoy hasta el 5 de septiembre y requieren que todos
nos sumemos para exigir al Tribunal Colegiado que finalmente haga
justicia para El Profe.
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