ACCIÓN DIRECTA EN CONSULADO MEXICANO DE NUEVA YORK
POR LA LIBERTAD DE PATISHTÁN Y SÁNTIZ LÓPEZ
- Miembros migrantes mexicanos de Movimiento por Justicia del Barrio exigen al
Cónsul la liberación de Patishtán y Sántiz López
Hoy siendo el penúltimo día de la “Semana de Lucha Mundial por la Libertad de Patishtán y Sántiz López: A Tumbar las Paredes del Calabozo,” integrantes mexicanos de Movimiento por Justicia del Barrio, La Otra Campaña Nueva York irrumpimos en el Consulado General de México en la Ciudad de Nueva York para hacer nuestra exigencia de la liberación inmediata de nuestros compañeros Alberto Patishtán Gómez y Francisco Sántiz López.
Después de pasar por la manada de guardias que se ha hecho rasgo común del Consulado en Nueva York, logramos entrar al espacio principal del sitio y exigimos junt@s que saliera el consul inmediatamente a escuchar nuestras justas demandas.
Al principio se negaban los empleados antendernos, diciendo que el Cónsul se encontraba fuera de la oficina y que no se podía reunir con más de una persona a la vez. Nosotr@s, como organización sin lideres, insistimos que era necesario que hablara con tod@s nosotr@s porque, además de tener el derecho de estar alli, trabajamos de modo colectivo, sin jerarquías algunas. Obviamente para los malos gobiernos, esa es una práctica muy extranjera.
Luego luego varios funcionarios y guardias salieron de manera agresiva y empezaron a hostigarnos. Ellos trataron varias veces de sacarnos a fuerza, hasta físicamente, acusándonos de haber provocado un disturbio, por lo que, según ellos, no podían seguir con su trabajo. Sus quejas y frustración con nuestra presencia se aumentaron, y a pesar de la lluvia fría que caía a borbotones, cerraron la entrada y no dejaron pasar a la gente. Fue entonces cuando un empleado furioso nos agarró a algun@s, y trató de corrernos sin razón alguna.
Todo esto sucedió ante una precencia bastante grande de paisanas y paisanos a quienes les dimos volantes con información sobre los casos de Patishtán y Sántiz López y la lucha nacional e internacional por su liberación.
Así pasó ese conflicto fugaz entre ellos y nosotr@s. Pero al final de cuentas, después de tanto insistir de nuestra parte y de manternos firmes, ni sus excusas debiles ni su agresión física pudieron con nosotr@s.
Poco después llegó el Cónsul, vestido de traje y corbata, y le leímos nuestra carta que denunció el encarcelamiento injusto de nuestros compañeros Alberto y Francisco y las condiciones económicas y políticas que promueven la represión política, especialmente en contra de los pueblos originarios de nuestro país. Atrás de él se desdobló una manta grande que claramente repetió nuestra demanda: “¡Justicia y Libertad para Alberto y Francisco!”
Todo el mundo nos escuchó en ese momento, y ante un silencio profundo, hicimos eco al digno llamamiento originando desde Chiapas por la liberación de nuestros dos presos.
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